[India] Varanasí (Benarés), la ciudad a orillas del río Ganges

El día 12 de Agosto nos levantamos pronto en nuestra habitación en Delhi y tras recoger y desayunar fuimos en taxi al aeropuerto. Allí, tras muchos controles terminamos cogiendo un avión, que en hora y pico nos dejó en Varanasi, nuestro último destino en la India.

Al llegar y tras rellenar el papel que te dan cada vez que vuelas en la India, y el que tienes que poner mil y un datos sobre de dónde vienes y a dónde vas, salimos a la calle y contratamos un taxi que nos llevase a la zona de los Ghat, en concreto al Shanti Ghest House.

Pagamos el taxi (era prepago) y el conductor nos llevó a su taxi, que estaba en el aparcamiento del aeropuerto. Nos montamos y a los 50 metros paro. Un hombre se acercó; ¡¡teníamos que pagar el aparcamiento !!

Lo pagamos sin rechistar mucho ya que no teníamos ganas de comenzar el día cabreados. El conductor siguió y algunos cientos de metros después volvieron a parar. Apareció su supuesto hermano e hicieron un cambio de conductor. Creo que alguno de los dos no tenía licencia o algo así…en fin.

De camino a la ciudad vimos el primer cadáver que llevaban camino de los crematorios. Los llevaban envueltos en una especie de manta dorada como las que vemos que se usan aquí cuando hay accidentes. También van rodeados de flores u otras ofrendas.

Desde el aeropuerto a la ciudad

Tras unos 15 minutos llegamos a la ciudad. Nuestro destino estaba en la otra punta y debimos de coincidir con una hora punta porque el tráfico era horrible. Totalmente parados en varias ocasiones. El calor y la polución eran horribles. El taxista nos decía que nos bajásemos y cogiésemos un rickshaw que son más pequeños y llegaríamos antes, que listo!!

Tras cerca de una hora de taxi estábamos relativamente cerca ya de nuestro Hostel. Sabíamos que el taxi no podía llegar porque la zona de los Ghat es un laberinto de callejones donde no entran los coches, pero se podía acercar mucho.

Pero no quiso. El taxista se hartó del tráfico y paro el taxi diciendo que habíamos llegado. Viendo el plano de la Lonely Planet sabíamos que estábamos aún lejos. Él dijo que era el final, que si queríamos que nos acercase más que le teníamos que pagar más. Al final consiguió cabrearnos bien y tras un rato discutiendo pudo nuestro orgullo y seguimos andando. De verdad que termina siendo odiosa esta gente por la cara que le echan con todo.

Gracias a que preguntamos a unas mujeres conseguimos orientarnos y llegar a la zona del Ghat Manikarnika. Ahí descubrimos que las mujeres son mucho más amables y te ayudan, lo complicado era verlas por la calle.

La zona de los Ghat era un laberinto increíble. Calles de dos metros como mucho de ancho en las que había una gran marabunta de gente y todo tipo de animales, incluso vacas!!

Las vacas por las calles

No tardamos mucho en estar rodeados y perseguidos por varios indios que nos querían «ayudar». Uno en concreto se nos pegó como una sombra, y nadie nos ayudaba a llegar al Hostel que buscábamos.

Una calle cualquiera

Tras un buen rato y mil y una vueltas conseguimos encontrar el callejón donde estaba el Hostel. Y por suerte conseguimos una habitación con aire acondicionado para los cuatro. Eso sí, la habitación no era mejor que ninguna otra que hubiésemos estado.

Desde la azotea del Hostel se veía el rio Ganges justo debajo. Un rio enorme e increíblemente sucio y desbordado. Según parece el rio tiene tanta mierda que no tiene oxígeno y no hay ningún ser vivo entre sus aguas. También veíamos debajo nuestra el humo de uno de los crematorios.

Ghat Manikarnika

Azotea del Hostel

El rio estaba desbordado así que no se podían coger barcas para navegar por él. Además nos perdimos las típicas escaleras de los Ghat porque estaban bajo el agua. En algún caso se veía el primer escalón pero nada más.

Escaleras inundas

Nos acercamos al Manikarnika Ghat, que es el que teníamos debajo de nuestro Hostel. No pudimos acercarnos todo lo que quisimos, porque nos decían que teníamos que pagar…como siempre y por todo.

Todas unas indias

De ahí fuimos por la red de callejones hasta Dasaswamedh Ghat, en donde había mucha más gente y se estaba preparando todo para una ceremonia por la noche.

Estuvimos viendo como la gente venía aquí a bañarse en el rio y a meter a sus hijos, algunos realmente pequeños. Supongo que o se mueren de la infección tan tremenda que pueden coger con ese agua, o quedan inmunizados de por vida.

Dandose un chapuzon

Estuvimos dando una vuelta y cenando en un puesto en la calle. Cenamos a base de alguna samosa o similar, que estaban realmente baratas, a 2 rupias (3 céntimos de euro). Y con un par de ellas estabas ya cenado.

Cenando

Finalmente pagamos 50 rupias por persona por un sitio en una de las barcas que tenían amarradas. Desde las barcas estuvimos viendo la ceremonia, que se hace de cara al mar y desde las barcas es la única forma de verla.

Montandonos en las barcas

Ceremonia

Después fuimos a un restaurante muy concurrido a por un lassi. Lara y Patri se tomaron sendos lassis que llevaban frutos secos. Y de ahí nos fuimos para el Hostel.

Al llegar al Hostel y tumbarse Lara y Rocío en su cama, la cama se rompió y terminaron en el suelo. Es que no podía pasar un día sin que pasase nada…

Llamamos al tío del Hostel y vino un indio con una pinta un poco rara a arreglarla. Se habían partido algunos listones de los que sujetaban el colchón. Tras un buen rato dándole vueltas a las tablas rotas las colocaron en un estado de mínima estabilidad, sin ningún tipo de clavo o similar, y echaron el colchón encima. Ya estaba!!

Patri y yo nos lo estábamos pasando muy bien y a mí me costaba aguantar la risa, pero a ellos les esperaba dormir en una cama en la que si se movían mas de la cuenta acabarían en el suelo, otra vez.

Nos acostamos y unas horas más tarde empezó el festival de Lara. Llevaba varios días con el estómago tonto y es que esa noche se había puesto morado de picantes samosas y el lassi. El resultado es que había conseguido ponerse malo del todo y se pasó toda la noche vomitando y con diarrea. Otro que caía. Solo quedaba Rocío, que estaba ya asustada, jeje.

Por la mañana, el que se había reído tanto cuando estuvimos Patri y yo malísimos en Delhi, no valía un duro y estaba hecho una mierda así que no salió de la habitación en todo el día. Patri y yo fuimos a dar una vuelta, a comprar alguna camisa, y a por algo de agua para el enfermo. Patri por su parte, que también se había puesto morada de samosas y lassi, también se encontraba con el estómago dado la vuelta así que los únicos que comíamos éramos Rocío y yo, y yo tampoco es que estuviese con el estómago al 100%. No había conseguido tenerlo perfecto en las dos semanas que llevaba en la India.

Esquivando a los animales

Por la tarde estuvimos de nuevo de paseo hasta que empezó a llover y termino siendo el diluvio universal así que nos pasamos todo el día en la habitación. Una habitación que tenía un rico olor incrustado a vómitos y diarrea.

Colorido

Por si fuese poco, nos empezó a entrar agua por la ventana, pues no es que fuese de climalit precisamente, sino de madera y sin cerrar bien. Nos tocó poner todas las mochilas en alto. Fuimos a comentárselo al del Hostel a ver si nos podía dar una toalla o algo así para intentar contener la entrada de agua, pero al ver que el descansillo del Hostel estaba completamente inundado nos dimos cuenta que lo de nuestra ventana no era lo más grave. De cualquier forma allí nadie se preocupó lo mas mínimo.

Así que con el agua entrando, con continuos cortes de luz, el ruido infernal del aire acondicionado y con el olorcillo de la habitación estuvimos toda la tarde y toda la noche. Esa noche solo ceno Rocío, yo tampoco estaba demasiado bien e intentaba comer lo menos posible.

A la mañana siguiente recogimos todo, salimos andando del laberinto de calles y cuando pudimos cogimos un rickshaw para llegar al aeropuerto porque por fin nos íbamos de la India, que estaba acabando con nosotros y la estábamos empezando a odiar.

En el aeropuerto nos encontramos con la tía de Rocío que estaban haciendo un viaje similar, aunque más organizado. Habían estado la noche anterior viendo la ceremonia de las barcas y les había pillado la lluvia torrencial. El resultado fue el desbordamiento (más aun) del rio y les toco ir metidos en el rio con el agua hasta el pecho durante un buen rato. Espero que no pillasen nada…

El embarcar fue horrible. Papeles y unos cinco controles de metales/cacheo nos hicieron entretenernos un buen rato. No entiendo porque cada 10 metros hay un control exactamente igual al anterior. Como para ir con prisas…

Pero finalmente cogimos el avión y dejábamos el país. Íbamos casi rezando por encontrarnos un país (Nepal) algo más hospitalario y no tan caótico, porque sido alguno nos íbamos a colgar del palo más alto.

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