Nuestro segundo objetivo del día tras el Barranco de Portilla era ir a hacer el Salto de los Catalanes.
No me voy a extender pero tras 27 vueltas no supimos nisiquiera donde había que aparcar. Solo tenía una reseña que estaba mal escrita y no se entendía bien.
Así que continuamos un poco más la carretera y fuimos a por el plan B, el barranco del Vasillo.
Este barranco es un afluente del barranco de Poyatos y se accede desde el final de este último.
Aparcamos el coche junto al puente romano que hay al final del cañón de poyatos (junto a la carretera) y nos preparamos.
Para ir a la cabecera: Nos situamos encima del puente romano (no el de la carretera), con la carretera a la espalda. Si miramos justo 90º a nuestra izquierda veremos unas tímidas sendas que suben ‘toparriba’. Pues ea, a apretar el culo y a subir.
La subida es fuerte pero corta. Tras pasarla apareceremos en lo alto de una loma, por la que continua una senda, medio paralela al río. Seguimos esta senda. Poco después hay una bifurcación. A la izquierda sube una especie de pista forestal/cortafuegos y a la derecha continua la senda. Además hay una flecha blanca pintada en el suelo que apunta a la derecha. Pues nada, seguimos la flecha y la senda comienza a descender…luego llano más o menos y un poco más adelante casi llegamos al cauce del río Poyatos. Aquí a la izquierda está el barranco del Vasillo.
En nuestro caso subimos por su orilla orográfica izquierda, por donde pudimos. Siguiendo cientos de mini sendas que aparecían y desaparecían, siempre muy cerca del barranco.
Fue un poco infierno pero llegamos a la parte más alta. Luego nos pareció ver que por la orilla orográfica derecha había una pista mejor, pero no estoy seguro.
Agua… pues un chorrito en algunos casos pero casi nada.
El barranco no tiene nada de especial. No está mal, curioso, pero tampoco es para tirar cohetes. Además es muy corto. Pero bueno, es uno más y hay que hacerlo !!
Tras el último rápel salimos de nuevo a la senda y retomamos el camino.
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