Empiezan a ser preocupantes tantas entradas hablando de Río Verde. Estoy empezando a cogerle un poco de asco, y algo me dice que no será la última visita.
Estuvimos durmiendo en un camping de Órgiva por lo que había un trozito hasta el cañón, lo que nos obligaba a levantarnos pronto.
Tras habernos acostado alguno (me incluyo) a las 4 de la mañana, nos levantamos a las 7:20 con idea de salir a las 8 del camping. Al final salimos un poco más tarde…
Al llegar al cañón tuvimos que ir a donde empieza la pista que baja a la fuente a dejar a la gente. Esto fue así porque está prohibido hasta el mes que viene el bajar los coches por aquí, por tema de posibles incencios, pero luego vimos que mucha gente se lo saltó a la torera.
Tras dejar a la gente, para que fuesen bajando andando, volvimos con los 3 coches (eramos 12 personas) a la pista que lleva al final del cañón, y que tuvimos que pagar (40 € !!). Dejamos dos coches abajo y volvimos de nuevo donde habíamos dejado a todo el mundo, aparcamos y bajamos andando (y corriendo a veces).
Entre unas cosas y otras empezamos el cañón sobre la 1 del mediodía… y teníamos que estar en los coches antes de las 8, para poder sacarlos.
Llegamos al primer rápel y ¡Oh, Dios!. Había 25 personas empezando a bajar, así que nos pusimos cómodos y esperamos, mientras (yo por lo menos) pensabamos que iba a ser un descenso muuuuuy largo, e iríamos muy justos de tiempo. Y no me equivocaba….
Cuando se despejó el terreno bajamos, despacio, ya que había varios nuevos, pero más o menos todos bien, sin problemas.
Seguimos avanzando por el río y saltando, lentos, pero sin problemas y a un ritmo decente.
Peeeeero, algo tenía que pasar, y pasó. Cuando llegamos al rápel de la «Y» nos encontramos con las 25-30 personas, de nuevo empezando a bajar. En este momento era ya muy tarde, y no nos podíamos permitir el estar 2 horas esperando y luego bajar, ya que no llegaríamos antes de las 8 a los coches (había que sacarlos de la pista privada a las 8 como muy tarde).
De manera que me planteé montar el rápel que hay volado, un poco apartado de la «Y» y que casi nadie usa. Lo que pasa es que algún gracioso se ha llevado las chapas que permiten montar un pasamanos de manera cómoda, o por lo menos asegurarse, sin jugarse un rebalón.
Así que el primer seguro (que es el que faltaba) decidí montarlo en un arbolito que salía de la roca. Era más que suficiente, y además solo era un seguro. En esos momento la gente nueva iba ya muy cansada, nerviosa y cuando me vieron montando el numerito de engancharme a un arbolito, mientras trepaba por la pared, entro el pánico y se acojonó la mitad del personal 🙂
Tras terminar de montar el rápel, y con más miedo que otra cosa fue bajando todo el mundo, sin percanzes, y terminamos poco después que todos los que iban delante, con lo que ganamos tiempo.
Todavía nos quedaba cañón pero no nos quedaba tiempo así que salimos a la senda y empezamos a andar por fuera del río. Llegamos sobre las 8 a los coches. Eramos 12 y había dos coches. Así que decidimos que uno subiese hasta la salida a avisar a la chica, de que quedaba otro, y con el otro coche, en un par de viajes se subieron a las otras 7 personas.
Al final llegamos a las mil al camping. Parte de los novatos no creo que vuelvan, jeje, pero me se de dos que seguramente si que lo hagan ya que salieron super encantados, aunque cansados y con alguna magulladura.
PD: Siento que el video salga muy «blanco» pero se activó una opción de la cámara sin darme cuenta y…. es lo que hay. Para llegar vídeo pinchar en la imágen..