De nuevo en la cueva de la Leze

Año y pico después volvemos a la cueva de la Leze. En esta ocasión fuimos Lara, Rocio, Yolanda, Patri y el menda.

Salimos de Madrid prontito y tras unas cuantas horas de viaje nos plantamos en Egino, junto al que se encuentra este peculiar barranco. Tras llegar nos cambiamos y echamos a andar, pues teníamos un buen trecho hasta la cabecera.


En mucho sitios ponen que este barranco tiene una aproximación de 45min-1h, pero por segundo año hemos comprobado que eso está muy lejos de la realidad.
Nuestra experiencia nos dice que podemos echarle un par de horitas si vamos rápido.

El camino de aproximación pasa primeramente por una sendero que remonta toda la montaña, hasta su parte más alta. Esto pueden ser 30-40 minutitos a un buen ritmo, pero una vez llegados a la parte más alta hay que bajar al otro lado, y aquí se complica la cosa.

Primero tenemos una parte corta llena de destrepes que hace ir muy lenta, y cuando terminamos tenemos un buen trozo a través de bosque, por pendientes que parecen echas de hielo, y por las que hay que ir muy lento.

Al final, tardamos unas 2h:30 minutos en llegar a la cabecera. Es verdad que no es que fuésemos muy rápidos, pero de las 2 horas no creo que hubiésemos podido bajar, así que no fiarse de los tiempos de aproximación que dicen para este barranco.

Tras el paseito, llegó el típico ritual de meternos en nuestros maravillosos neoprenos y ponernos todos los «cachibaches», y enfilar hacia la gruta que se abría majestuosa delante nuestra.

En esta ocasión bajaba bastante menos agua que el año pasado pero aún así es una cañón muy peculiar y merece la pena.

El único problema que nos encontramos allí es que las fotos y el vídeo es de malísima calidad, debido a la poca luz que dan nuestros frontales, suficiente para ver nosotros, pero insuficiente para las cámaras, que unido a las nubes que vaho que generábamos con nuestra respiración hacían casi imposible sacar una foto decente. Aún así alguna hay.

En cuanto al cañón en sí, muy muy fácil y sin ningún punto problemático. En las reseñas se habla de un sifón al final, pero no es realmente un sifón, es un puente de roca que no tiene ninguna complicación. en una de las fotos se ve como Rocio está empezando a pasar por debajo.

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