Pues visto que está siendo un invierno con pocas treguas hay que aprovechar los pocos días de buen tiempo que se nos ofrecen, aunque haga un frío que «pele».
Así que aprovechamos una gélida mañana para ir Patri y yo a subir a Peñalara que ella aún no había andado por allí. Yo ya era la tercera vez que subía este invierno pero no me importaba. Mejor que quedarse en casa holgazaneando…
El panorama… pues el de siempre que hace bueno. Un aparcamiento a rebosar, mucha gente con los trineos, mucha gente pateando, la última parte de la subida a Peñalara una romería de gente… y como no frío, bastante frío, aunque el sol acompañaba y al final se estaba bastante bien por las alturas.
En esta ocasión subimos por una zona que nunca había ido pero la gran cantidad de nieve que había hizo que apareciese ante nosotros una travesía que en otras ocasiones no aparece, o no tan marcada.
Subimos por la pista normal hasta el punto en el que sale el desvío hacia el refugio del Zabala y justo en ese punto trazamos una línea recta a la hermana mayor de Dos Hermanas, subiendo entre la ruta normal y el desvío del refugio. Desde ahí caminito hacia la cumbre y sin más rodeos vuelta al coche que yo al día siguiente corría la media maratón de Fuencarral-El Pardo y tampoco era plan de machacarse las piernas.
El día resulto estar muy bonito ya que todo lo que era Segovia estaba bajo un manto de nubes, y en la otra vertiente, la Madrileña, estaba relativamente despejado lo que hacía un paisaje muy curioso.