¡¡ Estamos locos !! Haciendo paracaidismo…

Tras estar de cañas celebrando mi cumpleaños, resultó que mi novia me tenía preparada una sorpresa, y vaya con la sorpresita.

Cuando me quise dar cuenta estaba en un coche de camino a Lillo, donde me esperaba un paracaídas, un instructor y un cámara.

Todo fue bastante rápido. Me hicieron firmar el típico papelito para salvarse un poco las espaldas por imprudencias tuyas, me pusieron el arnés, y me dieron una clase exprés de que tenía que hacer al tirarnos del avión y al aterrizar.

Poco después estaba entrando en la avioneta que nos tenía que subir hasta la altitud de salto, 4.000 m. Íbamos…7-8 personas en la avioneta, en la cual no entraba ni un solo alfiler más (que calor !!).

La subida no se me hizo muy larga y al ir relajado pude ir disfrutando del vuelo y de las vistas, además de ir charlando un poco con el instructor y el cámara. Mientras, el resto de los saltadores iban relajándose o planeando como iba a ser el salto y como se iban a coordinar.

1.500 m, mi instructor me dice que a esta altura es cuando abriremos el paracaídas, tras caer durante 2.500 m a 200 Km/h en unos 55 sg. La verdad es que las cifras marean.

De repente, empieza a oírse un pitido. Es la señal de que hemos llegado a los 4.000 m. A los 2 segundos, y antes de que me pudiese dar cuenta ya había abierto la puerta del avión alguien y entra un frío endemoniado. Poco me dura la sensación de frío ya que toda mi atención se centra en ver como empiezan a saltar todas las personas del avión. A los poquísimos segundos veo que solo quedamos yo y mi instructor, completamente atados, y el cámara que rápidamente sale del avión y se prepara para saltar con nosotros y grabarnos. Yo intento avanzar hacia la puerta, pero es inútil, atado como estoy a mi instructor no puedo ni moverme, y cuando menos me lo espero, este me semi-levanta y en una fracción de segundo me encuentro sentado en la puerta del avión.

Echo la cabeza atrás, tal y como me habían explicado, los pies juntos y…. allá vamos.

Los 2-3 primeros segundos es la típica sensación de que se te sube el estómago a la garganta, típica de las lanzaderas de los parques de atracciones. Pasado ese tiempo, supongo que la aceleración se estabilizará un poco y se deja de sentir la sensación de caída. Además, estando a la altura que se está, mirar al suelo es simplemente mirar a una mancha marrón, en la que no se distingue prácticamente nada. A partir de ahí se puede realmente disfrutar de la caída ya que lo único que se siente es la ventolera en la cara.

Pasados unos 50 sg (que a mi se me hicieron 10), mi instructor me da una palmadita ene l pecho por encima del hombro, es la señal de que estamos llegando a los 1.500 m y es hora de abrir el paracaídas. Yo, tal y como me había explicado recojo los brazos y acto seguido noto como el paracaídas pega un tirón de nosotros frenándonos bruscamente, mientras veo como el cámara, el cual iba a mi lado, sigue cayendo a una velocidad brutal.

A partir de ahí a disfrutar de lo que queda de vuelo, que son unos pocos minutos más.

Aterrizaje

En cuanto al aterrizaje… un poco forzoso, pero supongo que lo harán así para evitar que te puedas hacer un esguince o algo similar, prefiriendo que te pegues un culazo.

En cuanto a la experiencia en general… magnifica. Totalmente recomendable, y si además tenéis la suerte como yo que no me puse nada nervioso, y pude disfrutar completamente… mejor. Esto si que es un regalazo.

¡¡ Gracias cariño !!

AQUÍ TENEIS EL VIDEO

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.