De paseo por el Breithorn

Tras el fracaso del Mont Blanc, y visto que las previsiones no eran del todo buenas decidimos irnos a Suiza, para aprovechar el viaje y ver otra zona.

En concreto nos acercamos a Zermatt, Täsch para ser más exactos, en donde montamos la tienda de campaña. Desde Chamonix hasta Täsch hay unos 150 Km, pero si no se cogen autopistas (que en este caso no cogimos) el paseo es bastante serio y se tarda un par de horas en llegar.

Al llegar a Täsch, de cabeza a la oficina de turismo. Preguntamos y resulta que la mujer que nos atiende habla alemán, francés, italiano, ingles y yo que se más, pero de español ni papa. Aún así nos defendemos con nuestro ingles de andar por casa y nos enteramos de que teleférico hay que coger para subir al pequeño Cervino, desde el cual se sube al Breithron, que era donde queríamos subir.

Subir a este pico desde el pequeño Cervino es un paseito y no tiene ninguna dificultad. El teleférico te deja a unos 3.800 m de altitud, y el pico tiene 4.150 m, con lo que el desnivel es mínimo.

Tras informarnos nos fuimos al camping que hay unos cientos de metros antes de llegar a Täsch, montamos la tienda y pasamos el día como pudimos, hasta que se hizo hora de dormir.

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A la mañana siguiente echamos toda la ropa y todo el material a la mochila y salimos con ropa normal hacia la entrada del camping en donde una furgoneta-taxi nos recogería y nos llevaría a Zermatt, a donde no se puede llegar más que en tren o en taxis.

Llegados al pueblo, bien despiertos por la subidita que nos pegó el taxista que tenía mucha prisa por llegar, enfilamos hacia la estación de donde salen todos los telesillas. Tras pagar los 52 € que nos costó el billetito nos montamos en la primera de las tres cabinas que nos subirían hasta el pequeño cervino.

teleferico

Al llegar en el último teleférico al pequeño cervino, nos bajamos y hay que atravesar un largo túnel en el que la gente aprovecha para equiparse. Nos quitamos la ropa de calle y nos pusimos el traje de gala. Eran las 8:15 de la mañana y nos encontrábamos a 3.900 m en la estación del teleférico del pequeño Cervino. El día pintaba perfecto. Había buena temperatura y el sol brillaba en todo su esplendor.


La subida al pico no tiene perdida, es seguir la huella, o a la gente, que ya iban unos cuantos por delante. Y es simplemente andar, sin ningún tipo de dificultad.

Subimos bastante rápido, adelantando a mucha gente, y sobre las 9:40 de la mañana habíamos echo cumbre. Las vistas son una pasada también desde aquí. A lo lejos y entre nubes divisamos el Mont Blanc, un poco más cerca se levantaba majestuoso el Cervino y al otro lado se erguía el Monte Rosa. A nuestros pies, unos miles de metros más abajo está el glaciar del monte rosa, impresionante.

Nos encontramos con unos españoles que habían llegado justo antes a la cumbre. Creo que eran vascos. Le pillaba algo más cerca todo esto, 🙂

Aquí podeis descargar una panorámica en 360º de la cumbre.

Tras esto, motivados por el buen tiempo, decidimos continuar la cuerda hasta un poco más. Fuimos por la cresta dirección Este coronando las otras dos cumbres del Breithorn. Tras la tercera cumbre el camino se estrechaba y nos encontramos ante nuestros pies una cresta de apenas medio metro de ancho en ocasiones, de terreno mixto (nieve y roca). Es fácil, pero la caída de varios cientos de metros que hay a nuestra derecha y la caía de miles de metros a nuestra izquierda hace que no se vaya precisamente a gusto por esos parajes.

Aún así seguimos avanzando un poco más Lara y yo. Rodri prefirio esperarnos en la amplia cumbre este del Breithorn. El camino se complicaba y finalmente nos quedamos en la punta que hay entre la cumbre este del Breithorn y la Roccia Negra. En ese punto había un destrepe más que expuesto en el que hacía falta una cuerda, y en este caso no la habíamos traído.

A pesar de no poder continuar, las vistas en este punto eran preciosas y nos quedamos con un buen sabor de boca. Quizás al no poder seguir por no disponer del material, o la técnica necesaria, no por haber demasiada nieve, o estar muy blanda.

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Tras este paseito nos dimos la vuelta y volvimos a bajar hacia el pueblo de Zermatt. Eso sí, antes de irnos nos acercamos en teleférico un poco al Cervino (Matterhorn) para hacernos unas cuantas fotos. Increíble cuanto menos este pico.

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3 pensamientos en “De paseo por el Breithorn

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